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Peterhof

Sanpetersburgo - Rusia

Érase un zar, que se encontraba muy enfermo y que dijo a su pueblo: 

 

-¡Daré la mitad de mi reino a quien me cure! 

 

Entonces todos los sabios y curanderos se reunieron y el más sabio de entre ellos declaró que era posible curar al zar: 

 

-Si sobre la tierra se encuentra un hombre feliz -dijo- quítesele la camisa y que se la ponga el zar, con lo que éste será curado. 

 

Entonces el Zar, hizo enviar a miles de sus hombres por todo el reino en busca de un hombre que fuera feliz. Sin embargo no era tarea fácil: no encontraron un hombre contento con suerte. Uno era rico pero estaba enfermo, otro que gozaba de salud era pobre, aquel que era rico y sano se quejaba sin cesar de su mujer, otro de sus hijos y así todos deseaban algo. 

 

Cierta noche, muy tarde, el hijo del zar, al pasar frente a una pobre choza, oyó que alguien exclamaba: 

 

-Gracias a Dios he trabajado y he comido bien. ¿Qué más podría pedir?

 

El hijo del Zar sintióse lleno de alegría e inmediatamente mandó que le llevaran la camisa de aquel hombre, a quien en cambio había de darse cuánto dinero exigiera. Los enviados se presentaron a toda prisa en la casa de aquel hombre para quitarle la camisa pero el hombre feliz era tan pobre que no tenía camisa.

 

 

Adaptación de León Tolstói

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