De Praga se dijo que siempre fue un lugar para los aventureros, que es una ciudad que vive del pasado y se mira en el pasado. Es una ciudad que se deleita con los ecos de su rica historia en la que el corazón de la ciudad es testigo de su carácter monumental y reflejo de sus orígenes. 

 

Y así, la Ciudad Vieja de Praga, como se conoce al casco histórico, nos muestra este bello edificio que ha resistido el incipiente paso del tiempo. La Iglesia de Nuestra Señora del Tyn es una noble iglesia de estilo gótico que moldea el paisaje de la plaza y cuyos pináculos siluetean en primer término de nuestra foto. 

 

Este edificio tardó varios siglos en ser construido siendo ahora uno de los más visitados y representativos de la ciudad. Parece como si el juego de la noche junto con la iluminación obligasen a echar la vista al cielo. En la imagen los pasantes la contemplan, admiran las mismas piedras que la erigieron y que aguantan el paso de los siglos estoicamente.